JAMA Network Open publica un estudio de Smith y colaboradores que revisa casi dos siglos de datos sobre esta cuestión (1819-1917) y encuentra datos sugestivos. La tasa más alta se registró en 1883 (118.3 muertes por suicidio por 100.000). En los periodos bélicos y, significativamente, hacia el final de los mismos, se reducía la muerte por este mecanismo, algo que se apreció en la guerra contra España (1898), la I Guerra Mundial (1914-1918), y la II Guerra Mundial (1939-1945); esta última marcó el mínimo histórico (5 fallecimientos por suicidio por cada 100.000 militares entre 1944 y 1945). En la época de la Guerra Fría las muertes se estabilizaron entre 10-15 por 100.000, para incrementarse de nuevo durante las guerras de Afganistán e Irak, con un máximo en 2012 de 29.7 por 100.000.